
TEXTO DE ELIANA GEOVANINI
Primeramente me urge definir esta dupla de palabras, que a mi parecer tiene trascendental importancia para la vida cotidiana; y para poder darles una visión más amplia a lo que quiero expresar, voy a citar el concepto de Joaquín fermandois , historiador y profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Católica, que va de algún modo a donde quiero llegar: “la conciencia histórica, es la conciencia que tiene el hombre una vez que empieza a madurar, que comienza a crecer y a darse cuenta de que vive en un mundo que va más allá de un horizonte inmediato –familia, amigos, circunstancias, ciudad, paisaje original- y que esa circunstancia mayor posee un pasado que tiene una importancia para el presente. Es el vínculo entre el yo y los otros.”
Deberíamos destacar esto último, con respecto al vínculo entre el yo y los otros del cual habla el historiador, ya que es algo que hemos perdido hace mucho tiempo debido a este individualismo capitalista que no solo hizo corazones de piedra, sino que también nos enyesó la mente. No solamente que comenzamos a olvidar las cosas más simples -ese horizonte inmediato del cual habla Fermandois- sino que también nos convertimos en verdaderos salvajes en busca de supervivencia, por lo cual ese individualismo –yo tengo, yo quiero, yo necesito- y el “cueste lo que cueste” esa expresión implícitamente maquiavélica, pasaron a ser un vicio de las masas.
En fin… analicemos, ¿evolución o involución? Lo dejo a criterio de cada uno, pero no olvidemos que una cosa o la otra, es un cambio en fin.
Para que las cosas cambien, tiene que cambiar uno primero… los cambios empiezan desde abajo.
La idea de que hay un cambio, de que venimos de un pasado es algo fundamental para construir el futuro. Por eso es tan necesario que sobreviva la conciencia histórica.
¿Por qué llegamos hasta acá? Tengo mi opinión con respecto a eso; considero que esta fragilidad de la vida cotidiana, transforma esta supervivencia física y emocional en un viaje solitario solamente para conquistar esa sensación propia de seguridad, y en esa lucha constante, frívola e intensa, vamos perdiendo confianza de nosotros mismos, perdemos estabilidad… y muchas veces, termina por derrumbarse.
Por eso, si nos unimos como sociedad, como grupo, y dejamos este individualismo “maquiavélico”, alcanza total sentido la dinámica del cambio de la que formamos parte, claro está… vos también formas parte.
El hombre, tiene la capacidad de crear y transformar esa creación cuantas veces quiera; entonces te pregunto… ¿desde donde vas a aportar vos por la sociedad? Porque si no lo pensaste todavía, empezá por eso… porque para algo estamos acá.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario